sábado, 29 de enero de 2011

Escalera en el Museo Nacional de Escultura.





Vaya mezcla de estilos. Unas traza sencilla, dos tramos rectos dentro de un cubo rectangular, se complica con una decoración exuberante, fruto de la unión de las diversas influencias artísticas que se desarrollaban en aquella época.
En España triunfa el gótico en su última etapa. Escudos y cadenas, arcos rebajados y columnas helicoidales empiezan a ceder espacio a unos nuevos elementos: es la moda italiana. Profundos almohadillados y perfiles más sutiles empiezan a hacerse hueco en este universo de arcos lobulados, hojarasca y campos muy acotados con franjas.
Estamos en los años de la Reconquista. Los cristianos no tienen reparos y se maravillan ante el trabajo realizado por los árabes en piedra, yeso y madera. Sus techos son un símbolo de admiración y respeto, y cualquier patrono que se precie ha de contar con una obra suya.
Alonso de Burgos utiliza su influencia y cercanía a los Reyes Católicos para crear este edificio. Un colegio edificado entre 1488 y 1496. ¡Qué época! Durante estos años se descubre América. El contacto con el mundo árabe es más que estrecho debido al pasado reciente. No se tienen tantos prejuicios ante esta convivencia y rivalidad que ha sido el pan de cada día durante más de 700 años. Además, como he apuntado, los dignatarios regresan de sus viajes por Europa donde una nueva corriente, el Renacimiento, intenta recuperar un pasado de esplendor. Se tiene ganas de fin de guerras, de oscuridad. El caciquismo local pierde influencia en favor de una administración más engrasada, capaz de administrar estados cada vez más fuertes y complicados.
Todo esto tiene un reflejo en el desarrollo del arte. ¿Qué vemos ante esta escalera? Escudos y cadenas (a leer: los reyes... otra plaquita); flor de lis (Alonso de Burgos, los emblemas... otra plaquita). Y lo que más me interesa a mi: el trabajo del autor, de los artesanos. Aquí vemos el esfuerzo conjunto de trabajadores con "escuelas" muy diferentes. Tradicionales, que continúan con la herencia gótica en barandilla, arcos lobulados... "Innovadores" que esculpen los paramentos almohadillados, cenefas de secciones más contundentes... Mozárabes, que entrelazan y trabajan la madera de manera impecable en el techo...
El resultado: una imagen impactante, recargada.
Interesante ejemplo de desarrollo de estilo.
No se sabe con certeza el autor responsable de tal combinación, un poco forzada para mí, pero repito, muy interesante.

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