martes, 1 de marzo de 2011

Llegan las fallas...





Es época de fuego. De olor a pólvora... bueno, comenzamos con topicazos. Para mí lo más importante de estas fiestas es el desarrollo de una imaginación desbordante por parte de los artistas que crean estas efímeras estructuras. Destinadas a un final inmediato me sorprenden, me dan pena (lo reconozco) y no termino de comprender cómo tanto trabajo se destina a un final tan primario. No se me escapa un pasado lejano, de ofrenda al fuego. Esto es mas antiguo que matusalén. Sobrevive a religiones y estados.
Pero de regreso a lo que estábamos hablando, me divierten las irreverencias, me fascinan los colores, ese movimiento congelado, ese instante único. Todo vale. Cada año que las he visitado me sorprenden por su volumen, por sus detalles. Como en todo, yo conecto con algunas más que otras y adivino que, aunque los presupuestos influyen mucho en los resultados finales, siempre despunta el ingenio de lo original.
Y muchos de los personajes no cabe duda de que nos muestran su mejor "perfil"... ¿no es así Carmencita?

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