domingo, 26 de diciembre de 2010

Luz para una entrada.





Hace unos días un cliente organizó una cena en su nueva casa. Quería mostrar a sus amigos dónde se ha trasladado, un edificio recientemente rehabilitado en el centro de la capital.
Los nuevos apartamentos, tres lofts diferenciados del edificio, poseen una amplia entrada individual desde la calle. En ella he desarrollado una decoración navideña un poco atípica.
Delante de un gran muro de cristal con vistas al patio, en una despejada esquina, he dispuesto un pequeño jardín japonés con tintes de invierno.
Sobre una superficie de piedras de mármol blanco machacadas surgen las siluetas de unos árboles secos, estilizadas muestras retorcidas de naturaleza muerta. Pequeñas e irregulares bases de musgo bajo sus bases consiguen su estabilidad a la vez que permiten identificar este montaje un poco con la navidad, efecto que se refuerza con la utilización de velas de cera vegetal en pequeños vasitos.
El efecto que pretendo conseguir es un pequeño bosque moderno en consonancia con su entorno, cálido y diferente. Un encargo realizado por una persona que pretende reflejar un nuevo estado de ánimo a la vez que dar la bienvenida en unas señaladas fiestas.

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