jueves, 16 de diciembre de 2010

Flores... ¡no! frutas.





Estaba dudando acerca de como llamar a esta entrada: bodegón de frutas, flores o frutas... bueno, espero que os guste la elegida o por lo menos refleje esa duda momentánea que tuve a la hora de presentar esta mesa.
No siempre las flores tienen la capacidad de embellecer o engalanar una mesa. Se pueden utilizar muchas cosas: frutas, como en este caso, pasta de cocina en diferentes formatos, frutos secos, hojas, piedras... Lo importante es saber combinar. ¿Cómo se hace? Arriesgando. Dejando fluir la imaginación y probando. No importa las veces que lo tengas que montar y desmontar.
Lo arriesgado en esta combinación fue combinar un candelabro clásico con frutas maduras. La manera de hacer que no fuera un "pastiche" se centró en el orden de las frutas: colores y formas que nos recuerdan a una rocalla barroca, con ese toque natural de lo desordenado-ordenado, con piezas que intentan escapar del centro y con una base plástica que impida que el mantel se ensucie (hay que ser prácticos...).
Os muestro una imagen que revela el ambiente creado al calor de las velas (única iluminación durante la cena) y unos detalles de la combinación de frutas. ¡bon apetit!

No hay comentarios:

Publicar un comentario