lunes, 21 de febrero de 2011

Desenlace de una escalera difícil.





Este era un trabajo complicado. El desarrollo de una obra no siempre acaba por seguir lo imaginado. Y este era el caso.
Llevaba tiempo concluida la reforma de esta planta baja en un chalet, pero la escalera seguía desnuda, en una estructura de hierro con pisas de madera. El rellano desde donde partía en la planta superior había avanzado dos escalones por diversas razones de obra. Pero la altura que salvar era considerable y no se disponía de más espacio donde ampliar el recorrido. Resultado: los peldaños resultaban demasiado altos, estrechos... y ¿cómo se solucionaba el forrado?.
Se barajaron diversas soluciones: escalera abierta (seguramente abría quedado un pastiche de estilo), cambio de forjado... Al final se optó por continuar el estilo del entorno y mantener la estructura original, aunque para ello su ancho fuera doble, incluso decreciente. Se añadió un escalón en abanico en el rellano inferior, otro encajado en su vuelta...
Lo más sorprendente es la aparente sencillez del resultado. Es muy fácil decir ahora: "yo también lo hubiera hacho así" pero me gustaría, como muchos antes, que se hubieran enfrentado a la ejecución. Fue un trabajo de impresiones más que de números. La escalera seguía inclinada, pero la sensación no es de pánico al bajar. Un escalón mas bajo y amplio al principio te ayuda a enfrentarte a ella, instintivamente te colocas donde más cómodo te resulta... bueno, que se utiliza a diario y aún nadie se ha caído por ella...
Se ha mantenido la impronta clásica (en consonancia con su entorno), pero la solución en nada lo es. Resulta a la vista agradable a pesar de sus dimensiones, no es un mamotreto de rellanos (a pesar de tenerlos), bueno, en conclusión, una solución muy calculada, de ejecución pausada y artesana y resultado práctico.

sábado, 19 de febrero de 2011

Grandiosidad en Mantua.





Mantua. Una gran ciudad casi desconocida al extranjero.
Opulenta y espectacular capital de uno de los principados que más protegieron y desarrollaron las artes, se presenta ante nosotros rodeada de lagunas, se me antojan casi mares, por tres de sus costados. Se asemeja a una gran ciudad portuaria con un inmenso conjunto palaciego (cuando digo inmenso uno no imagina los cientos de interesantes habitaciones que cobija) protegido del exterior por unas portentosas murallas.
Por otro lado se ubica uno de los edificios que más me han impresionado en mis viajes: el Palacio del Te, una de las más hermosas villas suburbanas visitables, obra insigne del arquitecto Julio Romano... Y el ambiente relajado, elegante, un poco decadente de sus calles y rincones.
Otro de estos ejemplos que demuestran su vocación como impulsora de las artes es la basílica de Sant´Andrea. Que impresión al entrar en su interior. Las fotografías no pueden, ni siquiera un poco, reflejar la sensación de estar ante un espacio claramente inspirado en la antigüedad. Una obra fruto del trabajo creativo de un Leon Battista Alberti deseoso de crear un espacio admirable y funcional (sobre todo en su capacidad de reunir e impresionar a las personas), y la ambición y demostración de un gusto exquisito por parte de los representantes de turno de la familia Gonzaga. Entre los muchos artistas que además contribuyeron a la creación en todas sus facetas de este edificio no tengo la menor duda que Mantegna, con sus pinturas y estilo, dejó una profunda huella. Sus restos reposan en el interior y su busto de mirada intensa aparece en una de sus paredes sobresaliendo de un disco de pórfido, obra posiblemente del propio artista.
Además de disfrutar de un paseo por el interior, de curiosear y empaparte de "arte", te recomiendo bajar a la cripta para admirar la cúpula desde las entrañas del edificio.

viernes, 18 de febrero de 2011

Alejandro cumple años (III).





Tercera entrega de fotografías referentes a la celebración del... cumpleaños de Alejandro. Una fecha significativa en la que se puso mucha ilusión y esfuerzo para que resultara de lo más agradable.
En esta ocasión muestro cuatro vistas de la gran mesa que se preparó para la ocasión. Flores y más flores, es la impresión que a primera vista se percibe. Una alegría en el color que se trasmitió a los asistentes. Un aire fresco y natural que se impregnó en el ambiente y que relajó los sentidos dispuestos a entregarse a un disfrute tanto visual como gustativo.
El calor de unas velas, el olor de unas rosas... todo contribuye a propiciar un encuentro relajado y distendido. Es curioso como los niños, ante esta situación, perciben la importancia del momento, calman sus nervios y se intentan comportar a la manera de los "mayores".
Curioso es también que, a poco interés que se tenga por investigar en el pasado, en todas las celebraciones casi se repiten las mismas pautas: un entorno cotidiano o inusual "engalanado" de manera extraordinaria (flores, telas...); colocación significativa de los elementos a utilizar y una cuidada selección de los mismos.
Por mucho que pase el tiempo, no cambiamos tanto como creemos.

jueves, 17 de febrero de 2011

Alejandro cumple años. Flor en copas.





Imagen bucólica.
Eso es precisamente lo que se quiere conseguir. Un recuerdo ideal de la vida campestre, de la naturaleza en estado original, sin intervención. Bueno, intervención... si que ha habido. Para conseguir este efecto hace falta paciencia, cierta dosis de análisis para que el conjunto, la impresión general, no resulte artificial sino armoniosa.
Es imposible que en la naturaleza se puedan entremezclar tal cantidad y variedad de flores en un espacio tan reducido, pero esos recuerdos de una ladera al sol cubierta de pequeñas florecillas, son más propios de películas encantadoras con pizpiretas institutrices que de puntuales jardines en épocas muy específicas.
Pero ahí está la magia, conseguir que lo irreal parezca natural.
Como ya dije, con un poco de maña y grandes dosis de paciencia, estas composiciones se van creando por sí mismas. Como en la naturaleza, apenas existen las composiciones simétricas. Sí es cierto que intento distribuir los capullos de manera homogénea, pero de repente, creo grupos con una misma dirección, una hoja sobresale y se apoya en pequeños tallos, un brote verde con "creces" se descuelga de un borde...
Y especial esmero puse en las copas elevadas. Estas frías piezas de porcelana son coronadas por un ramillete muy escogido y concentrado de las mejores flores. No olvido una distribución asimétrica, pero he de percatarme que casi toda la atención se centrará en ellos, aunque solo sea para esquivarlos si se intenta entablar conversación con alguien de el otro lado de la mesa.
Intento que esta belleza efímera se muestre en su lado más atractivo. Pequeños bodegones para el disfrute de un momento especial.

martes, 15 de febrero de 2011

Alejandro cumple años.





Llegó el día.
Una fecha tan señalada había que celebrarla. Alejandro reunió a su familia y seres queridos entorno a una gran mesa para comer. Quería que fueran unas horas inolvidables y para ello la presentación era muy importante.
Tras numerosas llamadas por teléfono en las que decidir la disposición del conjunto, se resolvió en una amplia mesa ancha de un solo tramo, montada para la ocasión. Un gran centro de flores longitudinal, salpicado de piezas de porcelana al gusto del homenajeado y candelabros, presidía este evento.
Unos días antes se había desplazado a Madrid y nos acercamos a la importadora general de flores. Escogimos una variada selección: rosas, tulipanes, astromerias...
Por la mañana comencé a componer este puzzle de color, cortando delicadamente flor a flor, disponiéndolas con naturalidad y aparente sencillez. Descartamos la colocación de bases antiguas en espejo, porque interrumpían la unidad y nos obligaban a elevar las esponjas en las que se insertar los tallos de hojas y flores.
Una de las premisas era que el centro no debía impedir la conversación durante la comida, por lo que la baja altura solo se interrumpía en las copas de las piezas de porcelana, y solo sobresalía con discreción alrededor del centro isabelino central.
La celebración fue de lo más agradable. La impresión conseguida en el hogar familiar fue de sorpresa. Algo especial se celebraba y el esfuerzo merecía la pena... y por mucho que insistáis, tampoco revelaré en esta ocasión el número de velas que tenía la tarta...

lunes, 14 de febrero de 2011

Intergift 2001.





Otro año más. Intergift ha abierto sus puertas este año un poco más tarde. Acostumbrados a acudir justo después del empacho navideño (con la carterita llena...), esta vez han dejado reflexionar casi un mes y en la segunda semana de Febrero abre sus puertas la feria del regalo y la decoración en su cita anual madrileña.
Yo no falto a mi compromiso con Vila Hermanos Cerería, una empresa con la profesionalidad y experiencia que un siglo de actividad en el mundo del aroma y las velas consolida en su mercado. Alejados de una estética efectista, su producto se expone de manera directa, sin falsas presentaciones, destinado a un público cansado de comprar productos de fachada que esconden malas materias primas.
Una gran vela central con decenas de mechas invita a la curiosidad de entrar a un stand cargado de formas y aromas. Tradición y modernidad se unen en este espacio modular en madera, en donde la cera se expone directamente a modo de cuadros. Materia prima que se trabaja de manera artesana, que ofrece resultados concretos y un verdadero sentido de orgullo de un trabajo producido en Europa.

jueves, 10 de febrero de 2011

Clasicismo en el Park Güell. Barcelona.





Sorprende hablar de clasicismo en la obra de Gaudí. Acostumbrados a identificar sus trabajos con exuberantes formas de desarrollo vegetal, líneas curvas, y brillantes (de brillo) composiciones en azulejos multicolores, comprobamos un poso clásico en el fondo de su obra.
Bajo el gran mirador que se abre en la ladera del Park Güell, con espectaculares vistas sobre Barcelona, se esconde un universo de columnas dóricas. Esta gran plaza, con sus característicos bancos corridos, sinuosos y cubiertos de pedazos de azulejos en chillantes composiciones coloristas muy divulgadas en postales y recuerdos, se sostiene en lo que Gaudí llamó la Sala Hipóstila. El nombre lo dice todo. La herencia griega no se ve disimulada por la omisión de elementos clásicos. Ni siquiera la utilización esmerada de un único material: la piedra. Sus trazas, en un impecable trabajo de cantería, solo distorsiona en proporciones e inclinación el modelo clásico.
Pretendía ser la localización del mercado de la colonia proyectada dentro del parque. Al abrigo de la ladera de la montaña, posee una excelente acústica, y es el refugio perfecto al agobiante calor del verano barcelonés. La vegetación circundante filtra el aire y lo refresca antes de circular por el entramado de gruesas columnas. Su disposición se prolonga en "porches" que permiten un cómodo acceso al resguardo de las inclemencias y el sol.
Solo hacen falta los puestecillos de flores, los tenderetes de ropa y los mostradores de dulces, para que este espacio se llenara de vida. Pero casi creo que es mejor encontrarlo así... El turismo es muy bueno, pero ya imagino los artículos que vendería este mercado...
Aun desnudo, recomiendo su visita.
Siente el frescor de sus paredes, percibe la luz filtrada por sus columnas.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Nogal en el despacho.





En la planta baja de un chalet a las afueras de Madrid, se localizaba una habitación de usos variados. El propietario es un hombre de negocios que ocasionalmente formalizaba contratos en su residencia. A tal efecto, esta estancia se trasformó en un despacho de prestancia.
La elección de materiales era clara: un despacho, madera. En este caso se realizó un trabajo en nogal, una madera noble de brillo y elegancia natural. Para el techo se utilizó escayola artesana. Una gran moldura en blanco (iluminada con un cordón de luz uniforme en todo el perímetro de la habitación), una greca clásica con hojas de laurel y un plafón de motivos vegetales.
Lo complicado fue dar amplitud a un espacio en el que el volumen de las estanterías (alojan una enciclopedia Espasa completa...) restaban un espacio esencial. Un espejo frontal a la puerta de acceso, encima de una chimenea Adams de época, prolonga y amplía la vista, y la ventana encajada entre estantes más estrechos, funciona como un moderno ábside cuyo centro es ocupado por la mesa.
Además la moldura podría aplastar la habitación debido a su ancho, pero la iluminación la proyectó hacia arriba dando sensación de más altura, con un acertado juego de franjas y cornisas.
El resultado final es una habitación de impronta clásica, intemporal. Modernizada al eliminar excesivos detalles en capiteles, simplificada en las secciones de molduras... Un espacio de marcado valor representativo (para lo que realmente se ha ejecutado) en el que se podía haber optado por un discurso más contemporáneo, pero fue descartado por la propiedad.

lunes, 7 de febrero de 2011

Angeles en el Castillo Sforza. Milán.





Entre las numerosas obras que se pueden contemplar en el museo instalado dentro del Castillo Sforza en Milán, este bajorelieve llamó en especial mi atención. Situado en una estancia dominada por una espectacular bóveda decorada al fresco con estrellas llameantes, destaca por la pureza del mármol blanco. Es un marco, no sé si de una ventana, hueco o hornacina, en la que unos ángeles tallados en bajorrelieve son situados en progresión hacia el centro.
Es una obra de perspectivas, típica preocupación renacentista que indagaba cómo resolver la representación del volumen, del espacio.
Estamos admirando el interior de un cubo perfecto. Vemos cinco de sus seis caras: la superior con un clásico artesonado de rosetones, la frontal con un hueco que nos permite prolongar su profundidad, los laterales, en las que dos sutiles dinteles resaltan con rotundidad la profundidad de dos puertas desde donde aceden unos ángeles al centro del cubo; y la inferior, en la que unos desnudos pies se apoyan siguiendo una disposición que refuerza la perspectiva.
Me parece un espectacular ejemplo de la maestría de unos escultores que con un mínimo resalte, consiguen un asombroso efecto de profundidad. Es como un muy logrado dibujo con sombras, pero en relieve casi plano. Algo muy difícil de conseguir.

Patio del Castillo Sforza. Milán.





La luz.
Ese preciado bien tan buscado en todo tipo de construcciones y edificios.
En un castillo este bien escasea. Sus muros masivos apenas dejan espacio para pequeñas aberturas destinadas al contraataque o vigilancia. La iluminación cenital, desde arriba, provoca la creación de unos espacios ricos en matices, superficies que desvelan sus texturas.
En este patio del castillo de Milán, vemos la presencia del ladrillo a cara vista o lo intuimos debajo de la capa de enfosque. La humedad de la región aviva el tono rojizo y terroso de estos pequeños elementos que apilados cuidadosamente conforman contundentes muros, resistentes suelos y techos.
Su forma se puede redondear para crear arcos y molduras. Las "partes nobles" se ejecutan en piedra y para interiores su acabado se suaviza con mortero que se puede pintar, ocultando juntas y perfiles.
Corredores, puertas y ventanas se abren a este espacio para permitir la ventilación del edificio. Su presencia es excusa para incluir formas constructivas que permiten datar la construcción. En este caso, el conjunto se completa con una fuente que aporta un tranquilizante susurro. Las monedas son el reflejo de una presencia turística ávida de marcar territorio...

jueves, 3 de febrero de 2011

Curiosidad en el Castillo Sforza. Milán.





¿Cuales son los recuerdos que persisten tras la visita a un museo? Muchas veces, simplemente, pequeños detalles.
Obras curiosas que escondidas en rincones no preferentes, nos invitan a una reflexión personal, individual. Es la magia del entorno, la ubicación de las piezas, y un valor que revindico para todo aquello que no aparece en las guías pero que nos permite entender y comprender lo que visitamos.
El Castillo Sforza en Milán, es uno de esos Museos que no destaca por la importancia de sus cuadros o esculturas. Es un edificio cargado de historia, abierto a la imaginación. Sus patios y estancias son el marco de una colección variada de la que ahora reflejo tres elementos.
La cabeza y el tronco de una escultura móvil... ¿inquietante? Cual sería su función. Quizás intimidar a una masa inculta de sujetos, incapaces de comprender en aquella época la "tecnología" puntera que lo accionaba...
Un tondo, o relieve en marco redondo, de terracota. Fuera de contesto (fachada de un edificio) pero ubicado de manera muy acertada en lo alto de una cornisa interior. ¿Su tema? Acciona tu imaginación y si pretendes comprenderlo revisa la obra gráfica de Leonardo durante su estancia en Milán.
Por último, el perfil de un vigoroso niño, recortado sobre el fondo difuminado de un fresco...
Imágenes que refrescan en mi memoria la visita a un edificio sombrío, de profundos patios y gruesas paredes. Piedra y ladrillo en sus muros que ocasionalmente se vestían con impactantes pinturas. Pero esta es otra historia...

martes, 1 de febrero de 2011

Detalles sobre rojo en el aseo.





Hace una semana comencé a hablar sobre un aseo. La primera mención trató sobre unas fotografías propias y su ubicación. La segunda sobre la distribución, materiales... Ahora termino mostrando unos detalles más cercanos, imágenes que intentan reproducir aquello en lo que nos fijamos, cuando en soledad, utilizamos este espacio.
En primer lugar, una imagen general para poder entender la localización de los detalles. Luego, imágenes en las que los objetos, o parte de ellos, arrancan la curiosidad del espectador sobre un telón de fondo rojo.
Apreciamos una silueta del marco retorcido del espejo. Su reflejo imperfecto es fruto del paso del tiempo. El reverso en plata no ha aguantado las humedades o cambios de temperatura a los que este mueble ha estado expuesto en su larga existencia. No me importa. Más aún, añade una autenticidad propia de los objetos con vida, con alma.
Luego vemos el perfil de la acumulación de unas muestras de frascos de colonia, que sobre conchas anacaradas, son expuestos a modo de colección desenfadada.
Y la última imagen corresponde a una jabonera en porcelana reconvertida en expositor de granadas naturales en miniatura. Parece una adoradora de frutos, arrodillada ante su ofrenda. El contraste entre el brillo de la porcelana, la textura áspera y mate de los frutos secos y el profundo fondo color sangre me parecen una acertada combinación de estímulos visuales.