No puedo volver a resistirme. De las muchas fotografías tomadas en La Granja el domingo pasado he escogido otras cuatro. Puntos de vista, tomas parciales de un grupo escultórico: niño jugando con una oca.
A la sombra de la ladera, en un cruce de parterres, surge esta fuente monumental. Arcos y figuras, columnas y pedestales. Blanco mármol y metal metalizado. En una esquina, como terminación acertada del pilón de una fuente, aparece esta composición. No todos los grupos tienen la misma gracia, no todos aciertan en su disposición, ejecución y movimiento. Esta llamó mi atención.
La maestría de un escultor a veces desborda en pequeños ejemplos. Y me encanta descubrirla entre un vasto escenario de elementos singulares. Fotografiarla por partes, destacar el paso del tiempo, el momento único de la gota de agua resbalando por su superficie, primeros planos, desenfoques... busco una sensación plasmada en una imagen.